La policia de Tarragona recibió este domingo el aviso de los mossos por un perro que estaba asustado en la A-7, pero fueron incapaces de capturarlo. La ley 16/1991 de las policías locales dice que el uso de armas de fuego por parte de la policía está sujeto a estrictas regulaciones y solo puede emplearse en situaciones de legítima defensa o cuando sea absolutamente necesario para proteger la seguridad pública. Por ello, aunque la normativa exige que los agentes actúen con proporcionalidad y responsabilidad en el uso de la fuerza, el agente abría decidido abatir al perro con su arma reglamentaria porque «suponía de manera reiterada un grave peligro para los usuarios de la vía».
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